El campo del intelectual es por definición la conciencia. Un intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país es una contradicción andante y el que comprendiendo no actúa tendrá un lugar en la antología del llanto pero no en la historia viva de su tierra" Rodolfo Walsh

sábado, 29 de octubre de 2011


6-7-8 y la construcción de lenguaje

Por Eduardo Visco*

En el ultimo programa de 6-7-8 en el que estuvo como invitado el integrante de, “Carta Abierta” Horacio González, se origino un interesante debate sobre las declaraciones de la Sra. Beatriz Sarlo, intelectual proveniente de la izquierda progresista, hoy editorialista del diario de Bartolomé Mitre, La Nación, donde sostiene la tesis que el multitudinario apoyo del pueblo para lograr la reelección, Cristina Kirchner se monto sobre una puesta en escena de “Victima y Viuda” muy bien lograda.

Horacio Gonzáles, mantenía en franca disidencia con el panel, que más allá de nuestras expresiones de deseo e identificación con el modelo “Nacional y Popular” debemos construir “Lenguaje”, lenguaje que significa la reafirmación de conceptos concientizados.

El “Neo Liberalismo” supo construir su lenguaje durante el Siglo XX, donde implemento un fuerte aparato de construcción de una cultura única y dominante, con contenidos arguméntales basados en subliminales mensajes consumistas, luego le sobrevino la “Globalización” con la idea de aplicar un pensamiento único, íntimamente ligado a lo económico y financiero con el fuerte condimento de la moneda hegemónica, Dólar y Euro.

Desde entonces controlaron y regularon no solo el mercado internacional, además la toma de desiciones de los gobiernos de países no desarrollados.

La construcción de “Lenguaje” implica, adaptarnos a nuevas estrategias que nos permitan en el nuevo milenio que transitamos la alternativa que marque el Siglo XXI como la refundación de una identidad perdida, una identificación que nace de fuertes raíces reencontradas en la ultima década, en argentina y Latinoamérica, precisamente allí donde el lenguaje, nuestro verdadero “Lenguaje” surge desde las entrañas de la tierra.

La necesidad de un lenguaje propio tiene su relación más intima con un mundo donde se entremezclan la cultura con la ciencia, la educación con la producción, la tecnología con la salud, un derrotero que nos conduce a nuestra identidad única y propia y donde la diversidad de ideas deben ser respetadas, aunque no compartidas.

El Siglo XXI nos aporto que no todo es igual y con perdón de Discepolo, no es lo mismo “La Biblia y el calefón”.

La nueva argentina reinventada en el 2003 tendrá que prepararse para duros enfrentamientos que buscaran el debilitamiento del modelo “Nacional y Popular” por parte de representantes de corporaciones y poderes hegemónicos, que aún obteniendo de la nueva argentina grandes beneficios económicos y financieros, no aceptan perder la hegemonía ideológica que los coloca en situación de privilegio, hecho que durante décadas reafirmaron con ideas colonizadoras disfrazadas de progresistas.

Un claro ejemplo de ese lenguaje que estamos construyendo entre todos representa la “Ley de medios audiovisuales” lugar de privilegio para el desarrollo de estrategias creativas que den paso a la toma de conciencia abandonando el “narcisismo” el cual solo nos permite miramos en nuestro metro cuadrado, es importante vivir con memoria ya que la historia es la fertilización del presente construyendo el futuro.

En los años setenta donde la crisis seguida por las políticas de ajuste de los ochenta, fueron lentamente transformando a aquellas migraciones que ante la modernización de la producción agrícola ganadera, más el aumento poblacional , produjeron el gran éxodo del campo a las ciudades para finalmente transformarlas en victimas de la pobreza y la exclusión o marginación, tan cruel o más que las condiciones por las que migraron.

La desindustrialización, la falta de tecnología, la desocupación, la precarización del trabajo, fue una constante de las ultimas décadas del Siglo XX, hechos estos que nos condujeron a la perdida de soberanía y nos sumergiera en la violencia, el caos social, el descreimiento de la política y los políticos.

Así en estas paupérrimas condiciones llegamos al final del milenio con una argentina junto a sus países vecinos y hermanos, fragmentada, sin esperanzas ni códigos.

En el 2003 nace la idea mucho antes imaginada por Néstor Kirchner de que desde el “mercado capitalista tradicional” serian incapaces de revertir sus propias leyes, esto motiva encarar con convicción y honestidad intelectual el cambio de paradigmas, paradigmas sostenidos como la ultima verdad desde el “Consenso de Washington".

Se propone la reindustrialización , la unidad de los países de América del sur, el desarrollo de un fuerte mercado interno para llegar así al superávit fiscal, pagar la acrecentada deuda externa como forma de llegar a ser autónomos y poder desarrollar un mercado de exportación con alto valor agregado y priorizar al sujeto por sobre el objeto.

Esto motivo una rápida reacción de los dueños de nuestros sueños, nuestras vidas, nuestra salud y educación.

Dentro de ese contexto los conflictos internacionales entre las potencias mundiales son desplazados para instalar como agenda problemas en los países en vías de desarrollo, la inseguridad, la fragmentación social, unido a grandes conflictos sociales y el narcotráfico.

Paralelo a todo este proceso de descomposición social se demoniza a las políticas del estado regulador para embarcarnos en políticas privatistas impuestas por los representantes del neo liberalismo en grandes regiones especialmente en el sur.

A partir del 25 de mayo del 2003 la firme desición política y la fuerte convicción intelectual pudo producir el cambio de rumbo que aparecía como la mas bella utopía, desde ese lugar se pudo pensar un nuevo camino para argentina que se vio fuertemente sostenido desde la idea de la patria grande, se supo retomar hechos de la historia para alcanzar una actualización ideológica capaz de proporcionarnos herramientas que nos permitieran alcanzar el proyecto “Nacional y Popular”, para sostener este proyecto social, cultural y económico , hace falta la construcción de “Lenguaje” un lenguaje que al igual que el Marxismo para la revolución y el Liberalismo para la superación del feudalismo supieron construir y desde donde reafirmaron sus valores y principios, así nosotros tenemos que acceder a nuestro lenguaje con identidad , esa identidad que comenzara a pergeñarse alla por 1945 en lo que fuera la primer etapa de la revolución peronista, la dogmática, llegando a esbozarse con la primavera del "Tio Campora" la Doctrinaria y finalmente entre el Kirchnerismo y el trasvasamiento , la institucionalisación en manos de la actual reelecta presidenta de todos y todas , Cristina Kirchner.

*Periodista y Escritor-Sec. Prensa y Difusión”Doctrina en Marcha”-PJ

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