
El Pueblo…Motor del Cambio
Por Eduardo Visco*
Vivimos una época de profundas transformaciones sociales, económicas, políticas y culturales.
Una de las fuerzas que impulsan este proceso y constituye una de las expresiones más concisas es que los “Pueblos” pobres y los pobres de los “Pueblos” se resisten a seguir siendo objeto de Explotación y Coloniaje.
La toma de conciencia es cada ves más lúcida y combativa, en defensa de su dignidad y derechos, juntos con un nuevo Estado/Gobierno se construyen en sujetos y protagonistas de la historia.
Una historia que en décadas y largos pasajes les fuera adversa, perversa e injusta, desde el 2003 se genera un proceso de aspiraciones crecientes, acompañadas desde el “Estado” presente y como sustento de la base de grandes cambios revolucionarios.
Dentro de este contexto, hoy la América latina puede percibir que la histórica alternativa de subdesarrollo- desarrollo, en nuestros días toma más fuerza una vieja ecuación de los 70, Dependencia o Liberación.
Es importante entender que no se puede hablar de Liberación si no tomamos conciencia del duro enfrentamiento que debemos afrontar contra la Dependencia, partiendo de la idea que la dependencia es un fenómeno estructural, constituyéndose en un signo visceral, lo que nos lleva a entender la existencia de una “estructura dependiente”, en lo económico, científico, político y cultural con una transversalidad que es “la cultura de la dependencia”.
Lo más significativo y grave de “La cultura de la dependencia” que actúa como agente “Colonizador” está en las entrañas de la sociedad, producto de la complicidad de las oligarquías nativas, desde este lugar con sus aparatos de difusión y formación de opinión, penetra, informa y articula a todo el conjunto del pueblo.
Desde los comienzos del Siglo XXI los pueblos de America latina se pusieron de pie para observar con extraordinaria lucidez y convertirse en actores de la construcción de un orden distinto.
Los Argentinos hemos tenido experiencias con atisbos de liberación , siempre frustrados, recordemos la llegada del Peronismo (1945/1955), la Primavera del Tío Campora de solo 48 días (1973), el advenimiento de la Democracia (1983), ninguno pudo consolidar sus bases.
“Unidos o dominados” fue el vaticinio de Perón para el 2000, una década después estamos navegando por un mar embravecido, con la salvedad de que la presidenta de todos los argentinos, desde la cabina de Capitán sigue capeando el temporal desatado por los dueños del atraso, el fracaso, y la ignominia.
El comportamiento de un gran rejunte de “crápulas” ya ha sido advertido por un pueblo que surgió con el esfuerzo de todos, gobierno, pueblo, hombres y mujeres, jóvenes y adultos , esfuerzo nacido y sostenido por una relación dialéctica con el siempre "Compañero" Néstor que permitió profundizar y sostener desde aquel 25 de Mayo del 2003 , el proyecto “Nacional y Popular” hoy conducido por Cristina Kirchner.
* Periodista y escritor
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